Bloqueos mentales o como los hábitos dictan nuestra vida
Hoy hemos tenido en el equipo una conversación muy interesante, la cual nos ha llevado a escribir en este blog.
La fuente fue a través de una conversación con un participante, que está en camino y con buen ritmo hacia su peso deseado, habiendo conseguido sus primeras metas.
En esa conversación tocamos el tema de como ve él su vida con metabolic-direct© y que cambios ha observado. Hablando de esto, salieron a la luz algunos datos muy interesantes, que queremos analizar a continuación con más detalle.
El mensaje básico fue "metabolic-direct© es PERFECTO y me siento muy bien, la comida del plan se adapta muy bien con la familia y con el trabajo, pero a veces siento que tengo que hacer un gran esfuerzo, cuando quiero comer por ejemplo, patatas fritas o tomar una copa de vino y no puedo."
Esto obligó al equipo a plantearse esta cuestión y a hablar largo y tendido sobre este tema. Con una comida excepcional todo esto sería posible para a continuación volver a retomar el camino correcto con metabolic-direct©, sin que eso signifique que se hayan vuelto a adquirir los viejos hábitos.
Pero se plantea la cuestión, ¿por qué se echan de menos estas cosas?.
Este es el punto donde queremos hablar de hábitos y barreras mentales.
Parece que nuestro participante tiene el hábito adquirido durante años de tomar patatas fritas y alcohol de vez en cuando. Es un hábito preciado, como también pueda ser un poco de chocolate después de la comida, un vaso de vino antes de acostarse y muchas cosas más. Estamos casi seguros que muchos participantes se reconocen a sí mismos. El acto se convierte en un hábito cuando se repite siempre a la misma hora o en una misma ocasión. Esto significa que nosotros identificamos una cosa o un sabor, con ciertas situaciones. Y ahora usted puede preguntarse, ¿es la cosa o la situación la que echamos de menos?.
Lo más probable es que sea la situación, la que combinemos con una cosa, porque cuando somos honestos y pensamos, la cosa en sí misma puede ser aburrida y sabemos que mucha veces puede resultar dañina para nuestro cuerpo. Solo el sinergismo de la situación y de la cosa, convierte todo en una situación muy agradable. Ya sea descansando en una silla cómoda o en la conversación entre amigos tomando una copa de vino o comiendo unas patatas fritas. Muchas veces reconocemos estas situaciones como un hecho casi infundido desde la infancia en casa de nuestros padres. De tantas veces como lo hemos visto repetido, nuestro cerebro ha aprendido que esta situación y una copa de vino van unidos.
¡Qué bien que nuestro cerebro sea tan potente y aprenda con tanta facilidad cosas nuevas y así sea capaz de reemplazar malas costumbres por otras!. Pero de esto hablaremos más adelante.
Los fumadores son un claro ejemplo. Quien haya fumado en su vida sabe muy bien que un cigarrillo después de comer junto con un café, es uno de los mayores placeres. Y si hay ex-fumadores entre nuestros participantes, podrán confirmar esto, pero hoy después de muchos años, no se echa de menos este cigarrillo porque se reemplazó por otra cosa o simplemente ya no hace falta y podemos disfrutar nuestra comida sin echar algo de menos. Con este razonamiento y otros ejemplos más, hemos averiguado cuales son las situaciones que nos llevan a un alimento especial, o a ese vaso de vino y ver que es totalmente posible vivir esta situación sin sentir la necesidad de renunciar a nada, por que la situación sería igual de agradable o desagradable con o sin ese alimento o vaso de vino.
Entonces nos preguntamos: ¿cuál podría ser una estrategia exitosa para estas situaciones y qué puede hacer el individuo para cambiarla?.
1. Conocimiento. En primer lugar es el reconocimiento de aceptar y analizar estos hechos en nuestro pensamiento y asumir que combinamos ciertas cosas y acciones con ciertas situaciones.
2. Análisis. Si reconocemos lo que nos sucede y por qué esto es así, podremos analizar nuestra demanda y así sabremos cuales son las situaciones que combinamos con las cosas que echamos de menos.
Estas situaciones podemos verlas de forma específica, como una persona que ve las acciones delante de él en una pantalla de cine y entonces podremos identificar y eliminar ese alimento, trago, etc. La situación no va a cambiar y el película sigue siendo la misma.
3. Conciencia. Desde el análisis tenemos la seguridad de que no necesitamos esa cosa y no estamos persiguiendo un espejismo. Es un hábito que está profundamente anclado dentro de nosotros, pero que podemos cambiar siempre con nuestra nueva conciencia.
4. Sustitución. Una vez que somos conscientes de esto, podemos reemplazar esta cosa, alimento o trago fácilmente, p.ej. en nuestro caso las patatas fritas con algunas almendras o nueces o el trago con un vaso de agua. Entonces nos daremos cuenta de que no nos falta nada.
En este sentido, esperamos que disfruten del conocimiento, el análisis, la conciencia y la sustitución de estos viejos hábitos.
Foto: SXC.hu 679342
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